jueves, 31 de marzo de 2011

ANGIOGRAFIA


Angiografía.
La angiografía es un examen de diagnóstico por imagen cuya función es el estudio de los vasos circulatorios que no son visibles mediante la radiología convencional.
Su nombre procede de las palabras griegas angeion, "vaso", y graphien,” grabar".
Podemos distinguir entre arteriografía cuando el objeto de estudio son las arterias y flebografía cuando se refiere a las venas.
La angiografía se puede dividir en dos fases: la primera consiste en introducir el medio radiopaco o de contraste que permitirá que las venas, arterias o vasos linfáticos sean visibles a la radiografía; la segunda fase es tomar la o las radiografías de acuerdo a la secuencia predeterminada con objeto de realizar el estudio de los vasos en cuestión.
La palabra angiografía sigue siendo un término genérico por lo que para cuestiones técnicas, debe subdividirse según el tipo de examen y el órgano que se va a explorar:
Flebografía: Permite estudiar el recorrido de la circulación venosa.
Arteriografía: Deja observar anomalías de los vasos sanguíneos. Un estudio de este tipo es la fluoresceinoangiografía, una técnica que utiliza fluoresceína como medio de contraste.
Angiocardiografía: Examen que permite al facultativo verificar el estado clínico de las arterias del corazón.
Angioneumografía: Para detectar estados alterados en las venas y arterias pulmonares.
Linfografía: Examen para ver el estado de los vasos linfáticos.

Técnica
La angiografía es una técnica invasiva, pues requiere la introducción de un catéter en una arteria periférica, con frecuencia se usa la arteria femoral o inclusive la vena cubital. Sin embargo existen técnicas no invasivas, como la angiografía por tomografía computada, para detectar un número importante de patologías con la misma precisión que la técnica invasiva.
El proceso se basa en la administración por vía intravascular, de un contraste radiopaco. Los rayos X no pueden atravesar el compuesto por lo que se revela en la placa radiográfica la morfología del árbol arterial así como sus distintos accidentes vasculares, émbolos, trombosis, aneurismas, estenosis.
Al tener la sangre una densidad similar a la de los tejidos circundantes se requiere añadir un contraste radiopaco (que absorbe la radiación X) para que sea visible en la radiografía. Aunque existen diversos medios de contraste, regularmente se utiliza uno que no cause toxicidad.
La angiografía más habitual es la arteriografía coronaria. Mediante el catéter administramos el contraste en el área que queremos visualizar. Se introduce el catéter por la ingle o el antebrazo y se avanza cuidadosamente por el sistema arterial hasta alcanzar una de las dos arterias coronarias. El médico controla el procedimiento en un monitor de televisión cercano. Se toman varias radiografías. Después se retira el catéter. Se aplicará presión en el área durante alrededor de 10 minutos.
Las imágenes obtenidas del tránsito del contraste y su distribución junto a la sangre nos permiten visualizar la apertura de las arterias.



Este procedimiento puede realizarse para:

•Ayudar a los médicos a identificar vasos sanguíneos estrechos, agrandados y obstruidos.
•Determinar si hay pérdidas de sangre de los vasos hacia otras partes del cuerpo.

En algunos casos, el médico puede tratar la obstrucción del vaso sanguíneo en el momento. De esta forma, se evita realizar otro procedimiento.

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